Ella siempre había sido considerada un niñita linda, luego una adolescente sensual, y hoy en día, una hermosa y joven adulta... Pero a medida que avanzaba en la senda de su propia vida, la importancia de ser bella iba aumentando día a día.
Todos le demostraban de alguna forma u otra su belleza, regalos, cumplidos, amistades, premios, citas, amantes, etc. Todos la hacían sentir más hermosa de lo que ya era... se sentía especial... se sentía feliz...
Pero como en todas las cosas, los excesos siempre son malos... Su ego era un pequeño monstruo que se alimentó hasta convertirse en un coloso.
Ella siempre se cuestionaba: Si ahora ya soy hermosa, y me todos me complacen de distintas formas y me aman, si soy más hermosa aún. ¿Me amarán mucho más?
Esta idea la estaba carcomiendo desde dentro hacía afuera.
Con el tiempo, empezó a gastar grandes cantidades de dinero en cosméticos, productos de belleza, visitas a la peluquería y a Spas. Adquirió vestidos elegantes, joyas de varios quilates, zapatos finos con tacones largos y afilados como una aguja.
Todos esos complementos tenía efecto, todos la miraban cegados por la mera idea de una persona tan bella.
Los regalos, los cumplidos, las amistades, los premios, las citas, los amantes, todo aumentó a pasos desmesurados...
Y aún así se sentía vacía... un hueco que solo quería llenar con su belleza...
Cada vez encontraba métodos más extraños; dietas proveniente de tierras lejanas y perdidas, ejercicios y posturas para moldear de forma extensiva su cuerpo...
Buscó información sobre mujeres que marcaron la historia gracias a su hermosura, entre ellas Cleopatra y su famoso baño lácteo... pero averiguando más sobre estos "baños mágicos", se topó con uno es especial... Un baño de sangre... sangre humana...
Ella misma se negó tras darse cuenta que la idea atravesó su mente como una estrella fugaz a punto de cumplir su deseo...
Luego pensó que podría remplazar el factor humano por una dosis de sangre animal... pero algo le generó una duda. ¿Sería tan efectiva como la sangre humana? Y este planteamiento le hizo cuestionarse otra cosa. ¿Qué tan efectiva es la sangre humana?
Con el tiempo, la curiosidad y su eterno deseo se juntaron corrompiéndola de pies a cabeza.
Pero por suerte, la idea se le fue borrando lentamente de la cabeza.
Un día, ella asistió a una fiesta, a una de esas reuniones sociales en que se plagaba de piropos provenientes de personas que, comparándolas con sí misma, encotraba horribles.
A pesar de eso, accedió a bailar con algunos sujetos, y entre todos ellos, tras un momento de coqueteo, decidió llevarse a uno a su lujoso departamento.
Mientras buscaba sus llaves para poder entrar, vio un pequeño corte en las manos del tipo, un corte muy pequeño, pero que seguía con una coloración sanguínea sobre la piel.
En ese momento recordó todo lo que había averiguado sobre el "Baño Mágico". Se le revolvió el estómago y la mente se le hizo añicos...
Una vez dentro, mientras buscaba algún bebestible para ofrecerle a su invitado, fue a la cocina, donde abrió el primer cajón de la estantería... y de manera inconsciente... saco un afilado cuchillo, el cual guardó dentro de su vestido...
Se acercaba a su invitado con algún trago alcohólico que sirvió en unas copas de manera automática sin fijarse en el licor o en las copas que había usado.
Le entregó la copa, ambos hicieron un brindis, un último brindis, y cuando él se dispuso a beber de su copa, ella le desgarró la garganta con el cuchillo.
Rápidamente llevó el cadáver a la bañera dentro del cuarto de baño, de forma que no quedará un rastro sangriento en la sala de estar.
Puso el cuerpo en una posición en que toda la sangre fluyera por el corte. Pero era muy poco... necesitaba más.
Repitió el proceso varias veces. Todos caían ante su belleza, por lo que nunca sospecharon nada. Y finalmente llenó la tina con sangre...
Tras asesinar al último tipo y verter su sangre, no dudó ni un instante en sumergirse de forma inmediata.
Sin siquiera pensar en quitarse su vestido blanco, se sumergió en el líquido turbio, de color rojizo oscuro.
Su vestimenta blanca se teñía lentamente con manchas rojas, manchas similares a las que ocultaron su inocencia tras matar a su primera víctima.
Tras un rato, miró a su alrededor. Miró el cuarto de baño lleno de manchas sangrientas. Miró los cadáveres que ocultó vagamente en una esquina. Luego, con ayuda del cuchillo, desgarró el vestido y se desnudó, luego arrojo el trapo rojo y húmedo fuera de la bañera.
Pero de golpe, se dio cuenta de donde estaba... Rodeada de sangre... de sangre de personas.... de persona que eran horriblemente feas y repulsivas...
Tenía que hacer algo al respecto. Necesitaba la sangre de una persona bella... y se miró a si misma... Se levantó de la tina... Su cuerpo desnudo estaba goteando esa sangre sucia... esas gotas se deslizaban sobre su cuerpo... ensuciándolo.
Sin detenerse a pensar, clavó fuertemente el cuchillo sobre su pecho... luego en su abdomen... luego en sus piernas, en sus brazos, en todas partes... Vio cómo se desangraba... como fluía la sangre más linda que había visto...
Se relajó y se acomodó... empezó a murmurar... empezó a comprender... Todos la querían por ser hermosa... No por su persona en sí misma... pero empezó a hablar cada vez un poco más fuerte:
"Pero sigo siendo bella... y ahora lo seré más... ahora me querrán de verdad... adorarán mi belleza", dijo justo antes de que se desgarrara la garganta.
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